Profesionalmente, las percibo como esas primas mayores, que siempre han estado cerca y que cuidan y "enseñan a cuidar" a las madres en los momentos que rodean al parto.
Y esto, esos momentos, esas palabras, esas explicaciones, se quedan tatuadas en nuestro bagaje personal para siempre, al igual que antaño, a los varones, les marcaba su "mili".
Cuando pienso en todas las matronas con las que me he cruzado en la vida, todas se caracterizan por su cercanía, por su cariño y por la demostración de su independencia profesional con un "buen hacer" profesional.
Esto, entre otras cosas es lo que a mi me aportan ellas genéricamente.
Particularmente, a mi querida Rous, matrona valenciana escorada, que cada día me enseña, lo que es el cariño, la paciencia y el estar al día, que muestra todas las caras desdde las que se puede ver una labor.
Elena, la matrona dulce, que intentó enseñarme a "zoplar" en cada "montaña/contracción", a cuidar de mi "suelo pélvico" en todos sus tiempos,desde el embarazo de mi campeón, gracias con mayúsculas.
A Dina, amiga, compañera de promoción, que con esos ojazos marinos me aguantó durante ocho horas estoicamente, acompañándome y haciendo más agradables los instantes previos al nacimiento de mi princesa.
Y a Roberto, que cada jueves, me permite algún que otro chance con su grupo de preciosas embarazadotas, o me comparte alguna que otra onza de chocolate y algún que otro conocimiento, y siempre, siempre, esa gran sonrisa con tirabuzones plateados que surcan en bici, la biblioteca del centro de salud.
Feliz día, primas!!
imagen de http://deenfermeraamatrona.blogspot.com.es |
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