EsParaTraposdePapel

Historias basadas en hechos reales... e irreales.
Cualquier parecido con la realidad, es fruto de la ficción, de la fricción o de la mente mental.
Aquí , a veces, se rompe la netiqueta sobre la ironía, este blog no derrocha ironía... supura ironía.
El resto de reglas de netiqueta, valen.....de momento.
Y si no te gusta, no te nervies, que es para trapos de papel.

18 de julio de 2014

Historias de verano: la vacuna sexy.

Hace ya tiempo, pero cada vez que lo recuerdo me río, es una de esas situaciones "endorfineadoras", así que os la cuento, queridos y queridas, porque creo que historias como esta, no deben perderse en el olvido,...y ya de paso, igual hay algún megacientífico que se le ocurre algo.
Era una de esas tardes monótonas en la consulta donde iban pasando los pacientes, tan curiositos ellos, según agenda, uno tras otro, como el pasodoble. Después de Zutana, a la que hice un "completo" (para los lectores sanitarios, tenía un síndrome constitucional,para los no sanitarios había que controlar la tensión arterial, el colesterol, la diabetes y la obesidad), llegó el turno de la "bella Flor Azucena", a la que no tenía el gusto de ver periódicamente, así que despertó en mí cierta curiosidad.
Bueno, tampoco llegó la emoción a ese extremo, pero ya el lector me va conociendo y sabe cómo me pone un ornamento, así que, ¡qué leches! Esperaba a la mozalbeta y punto pelota.

Entró queda, con pequeños pasos, que casi ni tocaba el suelo, y, como una mariposa revoloteó hasta la camilla. Este movimiento, me dejó fascinada, porque normalmente, los pacientes se sientan en la silla que tenemos al frente, mi mesa y yo ( lo de mi mesa y yo, es para otra entrada, guapis), no van derechos a la camilla la primera vez, como si fuera el diván de un psiquiatra neoyorquino (sí, veo mucha tele, lo reconozco). El caso es que, como a toda persona que pasa la puerta de la consulta, le dije: " bien, Flor Azucena, ¿en qué te puedo ayudar?" - frase muy trabajada en los años de mi devaneo enfermero, más realista que un "¿qué quieres?" y menos corto que un "dime"- y la bella Flor, bajó las pestañas, sonrojó sus mejillas color miel y en un hilo de voz apenas perceptible, empezó a relatar:
-"es que verá, doctorcita, (no se me solivianten mis huestes enfermeras, que hay situaciones que hay que esperar para corregir, y ni con esas se consigue, que sí, que yo se qué soy y me mola, pero que a veces, importa más el paciente o su historia, a que te llame lo que sea;también me llaman reina y sé que no lo soy, salvo en mi casa, y cuando me llaman zorra, también sé que saben que no lo soy, ni tengo el ánimo, ni la agilidad para serlo...y luego, me acojo a la novena enmienda sanitaria, que dice que la enfermera o médico que desempeñó su labor en medio rural no se ofende si el paciente le llama practicante, ATS, o lo que "haga falta" siempre que sea desde el respeto, o/y desde el afecto, chúpate esa,)"
..... rebobino...
-"es que verá,  el sábado estaba en casa cocinando y me herí con el cuchillo, y fué una heridita pequeñita que ya casi está sanada, mire".... (Efectivamente, estaba cerrada)... Silencio.... Resoplido, mirada al cielo... " es que mi marido dice, que ya que está, aprovechando, que me ponga la inyección esa, que no nos cuesta tanto y que seguro que no está puesta, (dijo mirándose los senos)"
A esta altura, yo estaba estuporosa, no entendía ese estado de la mujer, tan nervioso y colorado, por un accidente con un cuchillo...
-"¿qué inyección dice tu marido, bonita?"
-" la de los pechotes"
¿?
Ahí ya, se me salían los ojos de las cuencas, los hombros estaban a la altura de las orejas y la mandíbula inferior flotaba sobre el abdomen desencajada...se detuvo el tiempo... Cuando de pronto, como el indómito Viky el vikingo, "me se encendió la luz". ¡!

-"a ver, bella Flor Azucena, le vas a decir a tu esposo, ese ladronzuelo, estas tres cosillas:
 Primero que no existe una inyección que se llame de los pechotes. 
Segundo, que a la VACUNA, qué tú sí que tienes puesta, todas tus dosis, sirve para que no enfermes de eso, dile que buén intentó campeón, pero que no necesitas más, que eres preciosa así.
 Y tercero, que cuando te mande con un recado, que se informe como Dios manda, que no hable de oídas, que se llama vacuna contra el TÉTANOS y que no te crece más nada si te la pones"

Y se fueron los colores, respiramos ambas dos fuerte desde lo más hondo de nuestro ser, lamentándonos con este gesto simbólico de la estulticia de algunos varones. 
Ella se fué a los brazos de su Romeo, que la esperaría quizá ansioso imaginándose a una nueva "vigilanta de la playa" con bañador rojo y todo, cuando, lo más probable que su realidad fuese bastante más agria, como una real bronca con galleta o similar.
Yo me fuí a disfrutar de la experiencia,como los concursantes de los reálitys, con mis compañeras de la tarde y a pensar en cuantas vacunas tuvo a bien ponerme mi santa madre, .....

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